miércoles, 24 de agosto de 2011

El abrazo.


El abrazo.


Qué delicia mantenerte abrazada
alejados del ruido y de la gente,
yo mirándote a los ojos plenamente,
tú dejándote amar sin decir nada.

Cuando te veo así de enamorada
qué antojo me ha impulsado de repente
a besarte con ternura en tu frente,
y expresarte, de forma emocionada,

que a pesar de los años transcurridos
mi pasión hacia ti sigue constante
y estamos cada día más unidos.

y, lo más importante, tu presencia
me hace vivir tu amor en  cada  instante,
sigues siendo la razón de mi existencia.


lunes, 8 de agosto de 2011

Muerte en la trinchera.





Muerte en la trinchera.

¿Soldado, de qué vaso bebiste
el barro de tu trinchera,
dónde dejaste tus alas,
alondra de fantasía?


Dime…allá en el fondo,
¿limpiaste el lodo que cubre tus alas
o seguirás volando un instante
y elevarás tu vaso
para brindar por tus amigos,
ahora que sí están contigo,
en el barro ¡ay¡ de tu defensa de muerte?


¿Fuiste capaz de beber tu vaso
gota a gota
o brindasteis juntos
soñando, idealizando, uniendo
la muerte y la victoria,
vosotros, perdedores absolutos,
sin medios para escapar del terror,
sin alas, sin luz, sin esperanza.,
sumidos en el barro sucio
de un exasperante agujero sin salida.?.


¿Dónde quedaron los himnos y banderas,
las voces, las canciones, las arengas?


El silencio llegó por delante
de un rumor lejano de salvas artilleras,
nubes de plomo barridas por un viento
de odios, y enfrentamientos lejanos
que llegaron puntuales,
interpretando una sinfonía completa
de estruendo y de dolor.


El beso de amor de despedida,
que dejó impregnados de amor tus labios,
ahora esculpidos por el barro,
quedó prendido en la alambrada,
sin tú poder recuperarlo,
en tu imprevista,letal, caída en la trinchera.



sábado, 6 de agosto de 2011

Amor en un instante.

Amor en un instante. 


Descubrí nuestro mejor amor en el instante
de recibir mis ojos sin dueño tu mirada,
llegó sin hacer ruido, me invadió delirante
una fuerza agresiva, inquieta, apasionada.

Mi indolente mirada se volvió lacerante,
recorriendo tu frente, tus pómulos, tus sienes, Añadir imagen
recibiendo incrédula la luz de tu semblante,
nacida en esos ojos tan profundos que tienes.

Besé con valentía tu boca, anhelante
de la caricia leve de mis besos ardientes,
y me entregué del todo a la desafiante
y generosa ofrenda de tus labios silentes.

El tiempo de nuestro amor fue así de terminante,
porque no fue una etapa continua de la vida,
nuestro amor se produjo sólo en un instante,
cuando tú y yo cruzamos la línea de partida.