jueves, 27 de septiembre de 2012
Diez poemas sobre el amor incierto
I
Honduras del amor incierto
De repente,
un temblor abisal agita la esencia de los amores ciertos
y surge
a través de las grietas que separan, irregulares,
las piezas del ser
en un desgarro de actitudes y vanidades.
Es la hondura del amor incierto
que nace del calor interior de los sentidos,
que identifica los signos
y recupera la identidad del hombre
con el hombre.
La emoción del encuentro
es una danza alegre,
inicialmente sincopada
por nuevas realidades abiertas,
virtud exacta del delirio,
invasión de aromas nuevos,
pulsación de una vida renacida.
Las puertas se abren en silencio
y el interior
descubre identidades,
quiebra los misterios,
recupera la luz,
normaliza vivencias y criterios,
y recibe la paz oculta,
ahora deslumbrante por su lógica naturaleza.
La expresión del nuevo amor,
al percibirse con toda claridad,
desdibuja la línea roja
abriendo fisuras de increíble placer
—apenas soñado—
desde la hondura del amor incierto.
Ahora no hay distancias,
hay libertad de expresión ilimitada,
honestidad con uno mismo
y un cálido desbordamiento de pasiones
a través de las grietas producidas
por aquel profundo temblor
en la esencia de nuestros amores ciertos.
miércoles, 14 de diciembre de 2011
Navidad 2011.
Querid@s poetas: Nuestro padrino , el poeta Gerardo Diego, nos envió a Peque y a mí la felicitación de la Navidad 1977 con el poema que transcribo a continuación. A tod@s os deseamos que estas navidades os acompañe el Niño Dios.
¿De dónde le viene la luz
a la luz de la nieve?
Está el Niño rompiendo su capullo
y ya se le ve la sonrisa.
Ay, que no puedo,
que nos arde y deslumbra
esa luz que nos ciega y enamora.
Déjame cerrar los ojos ahora.
Ay, que a mis párpados llama
esa luz que nos besa y nos quiere,
esta luz que sonríe y no llora.
Déjame abrir los ojos ahora.
¿De dónde le viene la luz
a la luz de la nieve?
Está el Niño rompiendo su capullo
y ya se le ve la sonrisa.
Ay, que no puedo,
que nos arde y deslumbra
esa luz que nos ciega y enamora.
Déjame cerrar los ojos ahora.
Ay, que a mis párpados llama
esa luz que nos besa y nos quiere,
esta luz que sonríe y no llora.
Déjame abrir los ojos ahora.
martes, 15 de noviembre de 2011
Añoranza de Paco Vighi.
Esta es una historia que esbozo como añoranza de un escritor casi desconocido al que ahora recuerdo desde los años de mi juventud, aunque no tuve la fortuna de conocerle personalmente, pero sí través de Julia, su mujer, sus hijos y su obra. En esta entrada hablo tambiém, aunque someramente, de mi vida.
Paco Vighi:
Poeta, me dicen los ingenieros, ingeniero, me dicen los poetas (Paco Vighi)
**********************
Para mi, Paco, mi gran amigo, no es ingeniero, ni poeta, ni labrador...es un cantante de balneario. (Valle-Inclán).
**********************
"VIGHI(Autoretrato):
Para que todo se diga
al que agora aludo y comento
construye y vende las vigas(el apellido le obliga)
sin metal y sin cemento.
A mí me parece un cuento
(que así son las cosas suyas:
hace vigas y aleluyas).
Es difícil que le veas,
que le encuentres por chiripa.
Explicaba chimeneas
valiéndose de la pipa.
A Madrid viene; se equipa,
mete cerveza en la tripa,
deja el Lion y la Elipa,
va a Palencia y Arequipa;
cuando don Manuel le guipa
le mete en clase y la da
pero a veces se anticipa
y entonces el muy guripa
se va.
Belalcázar Nº 6:
Yo nací en la madrugada del seis de marzo de mil novecientos treinta y cuatro. Fui el menor de cuatro hermanos, Francisco Javier, María Jesús, José Ignacio y yo mismo, Fernando. Mi madre, Ignacia Solís Núñez de Prado, había casado con Francisco Jiménez Ontiveros, abogado, Doctor en Ciencias Exactas y Doctor Ingeniero de Caminos, Canales, Puertos y Ferrocarriles. Nuestra casa era el nº 6 de la calle Belalcázar, construida dentro del conjunto Parque Residencia (1931-1934).
Este Parque Residencia ocupaba el espacio entre las calles Paseo de la Castellana, Vitruvio y Joaquín Costa, Carbonero y sol, Jorge Manrique y Belalcázar. Los arquitectos (proyecto general y urbanización) fueron Rafael Bergamín Gutiérrez y Luis Blanco-Soler Pérez. Esta actuación supuso el primer intento de importar el racionalismo europeo en la construcción de viviendas, incorporando por esta vía los principios del Movimiento Moderno. Para ello, el constructor Iturbe, junto a promotores y arquitectos hacen una lectura beneficiosa de la Ley de Casas Baratas y levantan un conjunto destinado a alojar profesionales liberales, siguiendo un sistema de urbanización de pequeña ciudad jardín.
El conjunto en sí sigue plenamente posprincipios racionalistas, eliminando en el exterior todo elemento superfluo, para volcarse en un interior confortable, basando la decoración mural en la sencillez de los vanos, en algún gesto expresionista como los esquinazos en forman de proa o los aleros a modo de plano trasversal que da forma a los porches, conformando un conjunto estético de aire neoplasticista.
Al formar parte mi padre de este grupo de profesiones liberales, compró la casa citada en el nº 6 de la calle Belalcázar, que es una pequeña calle paralela al Paseo de la Castellana y es cruzada por tres calles: Carbonero y Sol, Grijalba y Jorge Manrique.
Mi madre, Ignacia, nacida en Málaga, era de ascendencia vasca y soriana. Era bellísima, de cabello rubio y ojos muy azules. Mi padre nació en un pueblecito llamado Sierro, provincia de Almería y tenía los ojos muy negros y acerados y el pelo negro. Nacido en el seno de una familia muy pobre, gracias a su portentosa inteligencia, logró obtener becas de estudio que le permitieron seguir tres carreras con suma brillantez. Gracias a su notable capacidad fué nombrado Jefe Superior de Ferrocarriles.
Cuento estos datos, no con objeto de hablar de mi vida, sino de la circunstancias que permitieron sucedieran dos hechos notables: la entrada en mi vida de mi madrina Gloria de Luna y el conocimiento de la familia Vighi. De hecho, en la Cooperativa de Casas Económicas compraron casa muchos notables intelectuales, como el poeta José Bergamín, matemáticos como Bachiller y diversos artistas y pintores. Las características innovadoras de la propuesta así como la situación privilegiada de la barriada, contribuyeron a que esta colonia no sólo fuera proyectada por arquitectos sino elegida por ellos como lugar de residencia, junto con otros profesionales e intelectuales relevantes del momento. Además de los propios autores del proyecto, allí vivieron, entre otros, Fernando García Mercadal, Fernando Salvador, Esteban de la Mora, Javier Gómez de la Serna (hermano de Ramón) y Fernando Cánovas del Castillo.Las casas se construyeron aisladas o agrupadas en hileras, cada una con tres plantas: en el semisótano servicios; en planta baja vestíbulo, comedor y sala de estar; en segunda planta dormitorios y baños.
Una vez terminada nuestra casa, mis padres y mis tres hermanos se trasladaron a vivir en ella. Fueron momentos felices para todos. Mi padre viajó incluso al extranjero delegado por la República. En este clima de felicidad nací yo el 6 de marzo de 1934, en la habitación de mis padres. Sin embargo, la vida empezó a complicarse a partir de la revolución socialista en Asturias. Comenzaron los movimientos prerrevolucionarios, las izquierdas y los falangistas comenzaron a tirotearse en las calles. Mi padre, funcionario del estado, ingeniero especializado en ferrocarriles, no podía abandonar su trabajo pero, ante el clima de asesinatos indiscriminados entre la población civil, envió a mi madre y a los cuatro hermanos a Sevilla, donde residía su hermano Federico, médico del ejército del Aire. En esos momentos difíciles de preguerra, mis padres conocieron a sus vecinos más inmediatos. Los Bergamín eran viejos amigos y vivían en la esquina de Belalcázar con Jorge Manrique. En la calle Grijalba, en un chalet adosado al nuestro, vivían las hermanas Josefina y Gloria de Luna, hijas de un abogado del estado ya fallecido. Debido a esa cercana amistad, mis padres decidieron ofrecer a Gloria, mujer muy inteligente y políticamente republicana, ser mi madrina. Ella aceptó y eso pudo ser, al cabo de los años, un hecho muy importante para mi vida, ya que Gloria, una vez fallecido mi padre en 1944, se convirtió en mi especial profesora de arte y literatura. Vecinos privilegiados fueron Paco Vighi y su esposa Julia Arroyo, que vivieron en la calle Grijalba, nº 10. Tuvieron un hijo, al que llamábamos Cuco, que como ingeniero industrial llegó a ocupar la cátedra de su padre y a quien llegué a conocer personalmente al cabo de los años, así como a sus hijas, Almudena e Isabel.
A poco de comenzar a estudiar la carrera de Derecho, en la vieja Universidad de San Bernardo, conocí a la que iba a ser mi esposa, Flora María Diego Ayala (Peque) hija de Marcelino, hermano del poeta Gerardo Diego. Nuestra boda se celebró en 1957, siendo nuestro padrino Gerardo Diego, al haber fallecido el año antes Marcelino. Recién casados fuimos a vivir a una casa en alquiler en la calle Vallehermoso, y hasta siete años después no pudimos volver a vivir en la casa de Belalcázar. Como Paco Vighi murió en 1962, no tuvimos ocasión de conocerle personalmente y todo lo que sé de él es a través de sus escritos,su familia y de la amistad de mis hijos con sus nietas, que continuaron viviendo en su casa de Grijalba, 10. La viuda de Paco Vighi, Julia Arroyo, fué una íntima amiga nuestra. Era una mujer extraordinaria, inteligente, culta y muy simpática. Fué a traves de ella que conocí más profundamente la obra de su marido. Me regaló su libro "Nuevos poemas" con una dedicatoria muy cariñosa y un prólogo estupendo de Jesús Castañón Díaz.
El padre de Paco Vighi fué Humberto Vighi Corradi, ingeniero italiano que trabajó en la línea del Norte, dirigiendo la obra maestra de la ingeniería ferroviaria del paso del Puerto de Pajares. Murió en acto de servicio, como Jefe de Vías y Obras, en 1891. Su viuda, la palentina Faustina Fernández y sus cuatro hijos quedaron en Madrid, donde nació nuestro poeta, en el número 14 de la calle Ferraz de Madrid. Estudiante brillante- con una nota media de notables y sobresalientes - se matriculó en la Escuela de Ingeniería Industrial de Madrid, donde figura inscrito de 1910 a 1926, aunque a lo que de verdad se dedica es a una intensa vida de la bohemia madrileña, alternando las tertulias literarias del Henar, del Lion, del Café Levante, del Café Pombo, de El Gato Negro..( consultar Jesús Castañón, "Francisco Vighi y su obra", 1971).
En estas tertulias conoció a Valle Inclán, que le distinguió con el apelativo de "sobrino" y "el noveno poeta español" alternando con su viejo condiscípulo del San Isidoro, Ramón Gómez de la Serna, que le convierte en figura imprescindible en la Tertulia de Pombo, con Claudio de la Torre y con Unamuno. Apenas pisó la Escuela de Ingeniería Industrial, de cuyo himno - letra y música - es autor. En el album conmemorativo de la promoción 1920-1926 se escribe:
Contando chistes del Ateneo
fumando en pipa, sentado al sol,
Vemos a Vighi curso tras curso,
pinta de artista, siempre de humor.
Consideró a la pipa como el símbolo del revuelto mundo de los -ismos- que él veía representados en Ramón. Al volver Ramón Gómez de la Serna a pasar unos días en España (con motivo de la donación del cuadro de Solana sobre "La tertulia de Pombo" al museo del Prado y observar Paco Vighi que bajaba del barco sin el preciado instrumento, no dejaba de gritarle :
-La pipa, Ramón, la pipa.
De vez en cuando viajó Paco Vighi a su tierra palentina, donde intentó ser labrador en una tierra heredada de su madre, y minero en Cervera, donde explotó la mina La Paquita. Al casarse en 1928 con Julia Arroyo, en la capilla de la finca de Macintos, vuelve a Madrid, donde se incorpora como profesor auxiliar a la cátedra de Termodinámica de la Escuela de Ingenieros Industriales de Madrid, el mismo año en que nace su hijo Francisco, hoy catedrático de dicha asignatura en la misma Escuela.
Paco Vighi fué ante todo un hombre de fuerte vitalidad, un exaltador del ocio como supremo valor de todos los valores:
Ni negocio
Ni sacerdocio.
Ocio.
En un libro, que me regaló su viuda Julia Arroyo, puede leerse esa poesía divertida e inteligentemente despiadada de Paco Vighi. Por ejemplo, en sus "Poemas de Palencia", puede leerse un poema sobre "Geografía Provincial" tan cáustico como éste:
La provincia de Palencia
al Norte de España está.
Tiene ocho mil kilómetros
poco menos, poco más.
Arriba está Santander,
a trece leguas el mar,
Burgos mirando hacia Francia;
León yendo al Canadá;
y a sus pies Valladolid,
que es donde tiene que estar.
o éste:
Plagas del campo.
Se acabaron, cosa rara,
el mildiú y la filoxera;
la langosta es forastera
y además está muy cara.
En sus divertidos "Bocetos de tertulias", hay una soberbia poesía llamada "omisión-queja-explicación", dirigida al escultor Sebastián Miranda " a quien no incluí en Semblanzas" con el siguiente:
Estrambote.
Si te comí lo mismo que a una gamba,
sirva el presente bombo
para que vuelvas al Lion y a Pombo
Y así olvides mi olvido ¡Qué caramba!
En sus "Poemas Regionales", dedica su poesía "Amanecida en Madrid" con versos como éstos:
Legañosos tranvías,
troles adormecidos. Luz Lechosa
de aguardiente en el agua. Mil manubrios
tuestan café en el ritmo de la polka.
Triunfo de barrenderos, de beatas,
guardias y perros, carros, templo, lonjas.
Todo el suburbio asalta
la ciudad dormilona.
Y finalmente, en sus "Poemas Familiares " escribe.
La última felicitación.
Aunque ripioso, improviso,
¡Tres meses enfermo en casa!
(Grijalba 10, junto al Viso)
aquí reposo, repaso,
me examino y me confieso.
Nada espero de la U.S.A.
ni creo en la esencia rusa.
Los que pisaron la rosa,
prohibieron la sonrisa
y asustaron a mi musa.
De la catástrofe esa
ninguno ha quedado ileso.
El arte es turbio y espeso.
La comida muy escasa.
La cultura muy Espasa.
Sin sonrisa, musa y rosa.
Hay que apresurar el paso,
inscribirse en El Ocaso
y morirse y a otra cosa.
Paco Vighi:
Poeta, me dicen los ingenieros, ingeniero, me dicen los poetas (Paco Vighi)
**********************
Para mi, Paco, mi gran amigo, no es ingeniero, ni poeta, ni labrador...es un cantante de balneario. (Valle-Inclán).
**********************
"VIGHI(Autoretrato):
Para que todo se diga
al que agora aludo y comento
construye y vende las vigas(el apellido le obliga)
sin metal y sin cemento.
A mí me parece un cuento
(que así son las cosas suyas:
hace vigas y aleluyas).
Es difícil que le veas,
que le encuentres por chiripa.
Explicaba chimeneas
valiéndose de la pipa.
A Madrid viene; se equipa,
mete cerveza en la tripa,
deja el Lion y la Elipa,
va a Palencia y Arequipa;
cuando don Manuel le guipa
le mete en clase y la da
pero a veces se anticipa
y entonces el muy guripa
se va.
Belalcázar Nº 6:
Yo nací en la madrugada del seis de marzo de mil novecientos treinta y cuatro. Fui el menor de cuatro hermanos, Francisco Javier, María Jesús, José Ignacio y yo mismo, Fernando. Mi madre, Ignacia Solís Núñez de Prado, había casado con Francisco Jiménez Ontiveros, abogado, Doctor en Ciencias Exactas y Doctor Ingeniero de Caminos, Canales, Puertos y Ferrocarriles. Nuestra casa era el nº 6 de la calle Belalcázar, construida dentro del conjunto Parque Residencia (1931-1934).
Este Parque Residencia ocupaba el espacio entre las calles Paseo de la Castellana, Vitruvio y Joaquín Costa, Carbonero y sol, Jorge Manrique y Belalcázar. Los arquitectos (proyecto general y urbanización) fueron Rafael Bergamín Gutiérrez y Luis Blanco-Soler Pérez. Esta actuación supuso el primer intento de importar el racionalismo europeo en la construcción de viviendas, incorporando por esta vía los principios del Movimiento Moderno. Para ello, el constructor Iturbe, junto a promotores y arquitectos hacen una lectura beneficiosa de la Ley de Casas Baratas y levantan un conjunto destinado a alojar profesionales liberales, siguiendo un sistema de urbanización de pequeña ciudad jardín.
El conjunto en sí sigue plenamente posprincipios racionalistas, eliminando en el exterior todo elemento superfluo, para volcarse en un interior confortable, basando la decoración mural en la sencillez de los vanos, en algún gesto expresionista como los esquinazos en forman de proa o los aleros a modo de plano trasversal que da forma a los porches, conformando un conjunto estético de aire neoplasticista.
Al formar parte mi padre de este grupo de profesiones liberales, compró la casa citada en el nº 6 de la calle Belalcázar, que es una pequeña calle paralela al Paseo de la Castellana y es cruzada por tres calles: Carbonero y Sol, Grijalba y Jorge Manrique.
Mi madre, Ignacia, nacida en Málaga, era de ascendencia vasca y soriana. Era bellísima, de cabello rubio y ojos muy azules. Mi padre nació en un pueblecito llamado Sierro, provincia de Almería y tenía los ojos muy negros y acerados y el pelo negro. Nacido en el seno de una familia muy pobre, gracias a su portentosa inteligencia, logró obtener becas de estudio que le permitieron seguir tres carreras con suma brillantez. Gracias a su notable capacidad fué nombrado Jefe Superior de Ferrocarriles.
Cuento estos datos, no con objeto de hablar de mi vida, sino de la circunstancias que permitieron sucedieran dos hechos notables: la entrada en mi vida de mi madrina Gloria de Luna y el conocimiento de la familia Vighi. De hecho, en la Cooperativa de Casas Económicas compraron casa muchos notables intelectuales, como el poeta José Bergamín, matemáticos como Bachiller y diversos artistas y pintores. Las características innovadoras de la propuesta así como la situación privilegiada de la barriada, contribuyeron a que esta colonia no sólo fuera proyectada por arquitectos sino elegida por ellos como lugar de residencia, junto con otros profesionales e intelectuales relevantes del momento. Además de los propios autores del proyecto, allí vivieron, entre otros, Fernando García Mercadal, Fernando Salvador, Esteban de la Mora, Javier Gómez de la Serna (hermano de Ramón) y Fernando Cánovas del Castillo.Las casas se construyeron aisladas o agrupadas en hileras, cada una con tres plantas: en el semisótano servicios; en planta baja vestíbulo, comedor y sala de estar; en segunda planta dormitorios y baños.
Una vez terminada nuestra casa, mis padres y mis tres hermanos se trasladaron a vivir en ella. Fueron momentos felices para todos. Mi padre viajó incluso al extranjero delegado por la República. En este clima de felicidad nací yo el 6 de marzo de 1934, en la habitación de mis padres. Sin embargo, la vida empezó a complicarse a partir de la revolución socialista en Asturias. Comenzaron los movimientos prerrevolucionarios, las izquierdas y los falangistas comenzaron a tirotearse en las calles. Mi padre, funcionario del estado, ingeniero especializado en ferrocarriles, no podía abandonar su trabajo pero, ante el clima de asesinatos indiscriminados entre la población civil, envió a mi madre y a los cuatro hermanos a Sevilla, donde residía su hermano Federico, médico del ejército del Aire. En esos momentos difíciles de preguerra, mis padres conocieron a sus vecinos más inmediatos. Los Bergamín eran viejos amigos y vivían en la esquina de Belalcázar con Jorge Manrique. En la calle Grijalba, en un chalet adosado al nuestro, vivían las hermanas Josefina y Gloria de Luna, hijas de un abogado del estado ya fallecido. Debido a esa cercana amistad, mis padres decidieron ofrecer a Gloria, mujer muy inteligente y políticamente republicana, ser mi madrina. Ella aceptó y eso pudo ser, al cabo de los años, un hecho muy importante para mi vida, ya que Gloria, una vez fallecido mi padre en 1944, se convirtió en mi especial profesora de arte y literatura. Vecinos privilegiados fueron Paco Vighi y su esposa Julia Arroyo, que vivieron en la calle Grijalba, nº 10. Tuvieron un hijo, al que llamábamos Cuco, que como ingeniero industrial llegó a ocupar la cátedra de su padre y a quien llegué a conocer personalmente al cabo de los años, así como a sus hijas, Almudena e Isabel.
A poco de comenzar a estudiar la carrera de Derecho, en la vieja Universidad de San Bernardo, conocí a la que iba a ser mi esposa, Flora María Diego Ayala (Peque) hija de Marcelino, hermano del poeta Gerardo Diego. Nuestra boda se celebró en 1957, siendo nuestro padrino Gerardo Diego, al haber fallecido el año antes Marcelino. Recién casados fuimos a vivir a una casa en alquiler en la calle Vallehermoso, y hasta siete años después no pudimos volver a vivir en la casa de Belalcázar. Como Paco Vighi murió en 1962, no tuvimos ocasión de conocerle personalmente y todo lo que sé de él es a través de sus escritos,su familia y de la amistad de mis hijos con sus nietas, que continuaron viviendo en su casa de Grijalba, 10. La viuda de Paco Vighi, Julia Arroyo, fué una íntima amiga nuestra. Era una mujer extraordinaria, inteligente, culta y muy simpática. Fué a traves de ella que conocí más profundamente la obra de su marido. Me regaló su libro "Nuevos poemas" con una dedicatoria muy cariñosa y un prólogo estupendo de Jesús Castañón Díaz.
El padre de Paco Vighi fué Humberto Vighi Corradi, ingeniero italiano que trabajó en la línea del Norte, dirigiendo la obra maestra de la ingeniería ferroviaria del paso del Puerto de Pajares. Murió en acto de servicio, como Jefe de Vías y Obras, en 1891. Su viuda, la palentina Faustina Fernández y sus cuatro hijos quedaron en Madrid, donde nació nuestro poeta, en el número 14 de la calle Ferraz de Madrid. Estudiante brillante- con una nota media de notables y sobresalientes - se matriculó en la Escuela de Ingeniería Industrial de Madrid, donde figura inscrito de 1910 a 1926, aunque a lo que de verdad se dedica es a una intensa vida de la bohemia madrileña, alternando las tertulias literarias del Henar, del Lion, del Café Levante, del Café Pombo, de El Gato Negro..( consultar Jesús Castañón, "Francisco Vighi y su obra", 1971).
En estas tertulias conoció a Valle Inclán, que le distinguió con el apelativo de "sobrino" y "el noveno poeta español" alternando con su viejo condiscípulo del San Isidoro, Ramón Gómez de la Serna, que le convierte en figura imprescindible en la Tertulia de Pombo, con Claudio de la Torre y con Unamuno. Apenas pisó la Escuela de Ingeniería Industrial, de cuyo himno - letra y música - es autor. En el album conmemorativo de la promoción 1920-1926 se escribe:
Contando chistes del Ateneo
fumando en pipa, sentado al sol,
Vemos a Vighi curso tras curso,
pinta de artista, siempre de humor.
Consideró a la pipa como el símbolo del revuelto mundo de los -ismos- que él veía representados en Ramón. Al volver Ramón Gómez de la Serna a pasar unos días en España (con motivo de la donación del cuadro de Solana sobre "La tertulia de Pombo" al museo del Prado y observar Paco Vighi que bajaba del barco sin el preciado instrumento, no dejaba de gritarle :
-La pipa, Ramón, la pipa.
De vez en cuando viajó Paco Vighi a su tierra palentina, donde intentó ser labrador en una tierra heredada de su madre, y minero en Cervera, donde explotó la mina La Paquita. Al casarse en 1928 con Julia Arroyo, en la capilla de la finca de Macintos, vuelve a Madrid, donde se incorpora como profesor auxiliar a la cátedra de Termodinámica de la Escuela de Ingenieros Industriales de Madrid, el mismo año en que nace su hijo Francisco, hoy catedrático de dicha asignatura en la misma Escuela.
Paco Vighi fué ante todo un hombre de fuerte vitalidad, un exaltador del ocio como supremo valor de todos los valores:
Ni negocio
Ni sacerdocio.
Ocio.
En un libro, que me regaló su viuda Julia Arroyo, puede leerse esa poesía divertida e inteligentemente despiadada de Paco Vighi. Por ejemplo, en sus "Poemas de Palencia", puede leerse un poema sobre "Geografía Provincial" tan cáustico como éste:
La provincia de Palencia
al Norte de España está.
Tiene ocho mil kilómetros
poco menos, poco más.
Arriba está Santander,
a trece leguas el mar,
Burgos mirando hacia Francia;
León yendo al Canadá;
y a sus pies Valladolid,
que es donde tiene que estar.
o éste:
Plagas del campo.
Se acabaron, cosa rara,
el mildiú y la filoxera;
la langosta es forastera
y además está muy cara.
En sus divertidos "Bocetos de tertulias", hay una soberbia poesía llamada "omisión-queja-explicación", dirigida al escultor Sebastián Miranda " a quien no incluí en Semblanzas" con el siguiente:
Estrambote.
Si te comí lo mismo que a una gamba,
sirva el presente bombo
para que vuelvas al Lion y a Pombo
Y así olvides mi olvido ¡Qué caramba!
En sus "Poemas Regionales", dedica su poesía "Amanecida en Madrid" con versos como éstos:
Legañosos tranvías,
troles adormecidos. Luz Lechosa
de aguardiente en el agua. Mil manubrios
tuestan café en el ritmo de la polka.
Triunfo de barrenderos, de beatas,
guardias y perros, carros, templo, lonjas.
Todo el suburbio asalta
la ciudad dormilona.
Y finalmente, en sus "Poemas Familiares " escribe.
La última felicitación.
Aunque ripioso, improviso,
¡Tres meses enfermo en casa!
(Grijalba 10, junto al Viso)
aquí reposo, repaso,
me examino y me confieso.
Nada espero de la U.S.A.
ni creo en la esencia rusa.
Los que pisaron la rosa,
prohibieron la sonrisa
y asustaron a mi musa.
De la catástrofe esa
ninguno ha quedado ileso.
El arte es turbio y espeso.
La comida muy escasa.
La cultura muy Espasa.
Sin sonrisa, musa y rosa.
Hay que apresurar el paso,
inscribirse en El Ocaso
y morirse y a otra cosa.
domingo, 6 de noviembre de 2011
Distancia de ti.
Distancia de ti.
No puedo verte cerca de mi
no puedo verte,
no puedo oír tu voz cerca de mi
no puedo oírte,
no estás cerca de mi
no puedo sentirte,
no puedo hallarte a mi lado
no puedo encontrarte,
no puedo pensar que estás lejos de mi
no puedo olvidarte,
tierra mía, mi historia, mi cuna, mi espíritu.
(Siempre pensando en España)
No puedo verte cerca de mi
no puedo verte,
no puedo oír tu voz cerca de mi
no puedo oírte,
no estás cerca de mi
no puedo sentirte,
no puedo hallarte a mi lado
no puedo encontrarte,
no puedo pensar que estás lejos de mi
no puedo olvidarte,
tierra mía, mi historia, mi cuna, mi espíritu.
(Siempre pensando en España)
viernes, 7 de octubre de 2011
La mesa vacía.
La mesa vacía.
¿Por qué estás tan callado, es que no puedes vernos,
no ves que ya no hay platos en la mesa vacía,
que no se ven los niños, que ya no hay alegría,
y que nuestros silencios nos parecen eternos?.
¿Dónde estás escondido que el gallo ya no canta,
el gato no se lame, el lagarto se esconde
porque el sol no aparece y no se sabe donde
arrullan las palomas, y el reloj no adelanta?.
Qué blanca era la aurora, y qué verde la hiedra,
y qué fuerte la lluvia sobre el campo caía,
pero ahora ya no hay platos en la mesa vacía
y ni siquiera el musgo puede cubrir la piedra.
Ya no quiero usar yeso para unir las junturas,
ni repintar la casa, ni cuidar la fachada,
porque tú has conseguido que en mi nueva alborada
ya no existan colores que salven mis pinturas.
Tanta ha sido la quiebra de mis planes de vida
que la culebra escupe su veneno en mi palma
y el amor ya no existe, que se me rompe el alma
y a torrentes la sangre se escapa de mi herida.
sábado, 1 de octubre de 2011
El Templo de Kamakura.
.
El Templo de Kamakura.
La oración de los santos, la espada del guerrero,
la penumbra del bosque, el canto del jilguero,
la madera labrada que rezuma humedad,
los dragones pintados que no tienen edad,
la Puerta de los Templos, lavatorios enanos
donde los peregrinos purifican sus manos,
el verde de los cobres, la piedra blanca y muda,
la imagen esculpida de la madre del Buda,
la Sala del Estudio, el andar presuroso
de los monjes descalzos, el jacinto oloroso,
los torrentes de lluvia por canales de piedra,
los puentes de madera recubiertos de hiedra,
la Sala de los Rezos, el silencio acordado,
las tablillas de votos en el templo dorado,
la puerta corredera, el balcón sin cerrar,
el olor a salitre de la brisa del mar,
el cementerio humilde, sin lápidas ni cruces,
el lejano y confuso parpadeo de luces
que en la distancia anuncian la noche que se acerca,
las carpas de colores que nadan en la alberca,
mujeres japonesas, bellas y silenciosas
que bajan hacia el valle por senderos de losas
conservando en el fondo de sus ojos rasgados
la imagen misteriosa de los templos sagrados;
mientras, la noche llega y extiende su negrura
sobre el paisaje verde y el mar de Kamakura.
El Templo de Kamakura.
La oración de los santos, la espada del guerrero,
la penumbra del bosque, el canto del jilguero,
la madera labrada que rezuma humedad,
los dragones pintados que no tienen edad,
la Puerta de los Templos, lavatorios enanos
donde los peregrinos purifican sus manos,
el verde de los cobres, la piedra blanca y muda,
la imagen esculpida de la madre del Buda,
la Sala del Estudio, el andar presuroso
de los monjes descalzos, el jacinto oloroso,
los torrentes de lluvia por canales de piedra,
los puentes de madera recubiertos de hiedra,
la Sala de los Rezos, el silencio acordado,
las tablillas de votos en el templo dorado,
la puerta corredera, el balcón sin cerrar,
el olor a salitre de la brisa del mar,
el cementerio humilde, sin lápidas ni cruces,
el lejano y confuso parpadeo de luces
que en la distancia anuncian la noche que se acerca,
las carpas de colores que nadan en la alberca,
mujeres japonesas, bellas y silenciosas
que bajan hacia el valle por senderos de losas
conservando en el fondo de sus ojos rasgados
la imagen misteriosa de los templos sagrados;
mientras, la noche llega y extiende su negrura
sobre el paisaje verde y el mar de Kamakura.
martes, 13 de septiembre de 2011
Ausencia.
Queridos amigos y amigas, compañeros en nuestro viaje poético y literario: a partir de hoy y durante un tiempo indeterminado, voy a estar ausente de este blog. Si alguno de vosotros tiene interés en ponerse en contacto conmigo, podéis hacerlo a través de "trigolaris@hotmail.com" Un saludo cariñoso a todos vosotros. Fernando Jiménez-Ontiveros Solís.
miércoles, 24 de agosto de 2011
El abrazo.
El abrazo.
Qué delicia mantenerte abrazada
alejados del ruido y de la gente,
yo mirándote a los ojos plenamente,
tú dejándote amar sin decir nada.
Cuando te veo así de enamorada
qué antojo me ha impulsado de repente
a besarte con ternura en tu frente,
y expresarte, de forma emocionada,
que a pesar de los años transcurridos
mi pasión hacia ti sigue constante
y estamos cada día más unidos.
y, lo más importante, tu presencia
me hace vivir tu amor en cada instante,
sigues siendo la razón de mi existencia.
lunes, 8 de agosto de 2011
Muerte en la trinchera.
Muerte en la trinchera.
¿Soldado, de qué vaso bebiste
el barro de tu trinchera,
dónde dejaste tus alas,
alondra de fantasía?
Dime…allá en el fondo,
¿limpiaste el lodo que cubre tus alas
o seguirás volando un instante
y elevarás tu vaso
para brindar por tus amigos,
ahora que sí están contigo,
en el barro ¡ay¡ de tu defensa de muerte?
¿Fuiste capaz de beber tu vaso
gota a gota
o brindasteis juntos
soñando, idealizando, uniendo
la muerte y la victoria,
vosotros, perdedores absolutos,
sin medios para escapar del terror,
sin alas, sin luz, sin esperanza.,
sumidos en el barro sucio
de un exasperante agujero sin salida.?.
¿Dónde quedaron los himnos y banderas,
las voces, las canciones, las arengas?
El silencio llegó por delante
de un rumor lejano de salvas artilleras,
nubes de plomo barridas por un viento
de odios, y enfrentamientos lejanos
que llegaron puntuales,
interpretando una sinfonía completa
de estruendo y de dolor.
El beso de amor de despedida,
que dejó impregnados de amor tus labios,
ahora esculpidos por el barro,
quedó prendido en la alambrada,
sin tú poder recuperarlo,
en tu imprevista,letal, caída en la trinchera.
sábado, 6 de agosto de 2011
Amor en un instante.
Amor en un instante.
Descubrí nuestro mejor amor en el instante
de recibir mis ojos sin dueño tu mirada,
llegó sin hacer ruido, me invadió delirante
una fuerza agresiva, inquieta, apasionada.
Mi indolente mirada se volvió lacerante,
recorriendo tu frente, tus pómulos, tus sienes,
recibiendo incrédula la luz de tu semblante,
nacida en esos ojos tan profundos que tienes.
Besé con valentía tu boca, anhelante
de la caricia leve de mis besos ardientes,
y me entregué del todo a la desafiante
y generosa ofrenda de tus labios silentes.
El tiempo de nuestro amor fue así de terminante,
porque no fue una etapa continua de la vida,
nuestro amor se produjo sólo en un instante,
cuando tú y yo cruzamos la línea de partida.
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